Los libros de literatura, poesía y en general aquella narrativa que está impregnada por las emociones y perspectivas subjetivas de la vida de cada autor, busca muchas veces trasmitir tales pasiones al lector o hacer que este último sienta exactamente lo que el autor quiere proyectar en él.
Ejemplo:
Los libros escritos por autores torturados en dictaduras muchas veces tienen por objeto graficar de manera muy detallista el dolor que soportaron tales personas, esperando que el lector proyecte en sí mismo parte de los recuerdos del autor, "reviviendo" parte de esa experiencia, de manera que este último razone y saque diversas conclusiones respecto al tema, ante lo cual se podría abrir la siguiente pregunta: ¿se puede realmente "revivir" una situación que otra persona experienció? o ¿se puede trasmitir una fracción de ese sentimiento de dolor a un lector totalmente ajeno a experiencias de violencia política?
Problema: no poder transmitir recuerdos
Las sensaciones, emociones, recuerdos y experiencias son cuestiones que ocurren de manera individual (excepto cuando se habla de experiencias y recuerdos de una conciencia colectiva, cuestión que no trataremos en este ensayo).
La forma en la que cada individuo experiencia la realidad desde sus sentidos e ideas, viviendo en los sesgos ideológicos que determinados contextos les imprimen, generan en ellos recuerdos que solo pueden ser compartidos con otros de manera fragmentada y subjetiva, pues las experiencias por mucho que se intenten describir objetivamente son vivenciadas únicas y particulares, sumado a ello todos poseen una historia, un relato y constructo que nutre las vivencias de los sujetos, lo cual los prepara para interpretar de diferentes maneras, todas las situaciones en las que se desenvuelven en la sociedad y en la naturaleza.
Ya sea un trauma el condicionante de una conducta antipática, el motivo por el cual una persona prefiere mantenerse más introvertido, o una motivación ideológica la que lleva a una persona a volverse vegetariana, son cuestiones que si bien todos podemos entender de manera amplia, comprendiendo que existen motivos importantes que llevan a los individuos a identificarse con determinadas conductas e ideas, nunca podremos terminar de "comprender como entiende la otredad", mi otro yo, por mucho que se utilice la empatía.
Los autores de todos los tiempos han luchado contra esta limitación de muchas maneras, dando lujo de detalles en las descripciones de sus personajes o por el contrario, generando mucha expectación respecto a cualidades que se describen de maneras muy amplias para ser imaginadas, aprovechandose de esta problemática para enriquecer su narrativa y llenar de expectación (Ejemplo: la literatura de H.P. Lovecraft), aun así es imposible trasmitir las experiencias por un asunto referente al mundo de las ideas y los conceptos.
Cuestiones en torno a la CLASIFICACIÓN del Conocimiento
Existen diferentes lenguajes en casi todas las naciones y fuera de que siempre están en constante cambio y evolución, obedecen a una construcción cultural e histórica. Imprimen en sus hablantes ideas cargadas de moral, prejuicios, sesgos y cualidades que limitan la comprensión de los bastos fenómenos que la realidad emana, utilizando esta herramienta como medio para comunicar lo que sentimos y aquello que nuestra voluntad desea comunicar, construyendo la realidad con un repertorio de conceptos clasificados que son asociados a imágenes mentales (con determinados arquetipos) creando LA IMAGEN DE LA COSA en cuestión.
Ejemplo:
A) Concepción moderna de la idea del bien y el mal en la Sociedad Occidental
-Bien: luz, Dios, éxito laboral, dinero, capitalismo, diversión
-Mal: Diablo, delincuencia, drogas, negros, homosexuales, sida, rebeldía.
B) Concepción moderna de la idea del bien y el mal en la Sociedad Oriental
Bien y mal son opuestos que coexisten. No se da uno sin el otro: al medir a alguien decimos que es alto porque sabemos cómo se ve algo bajo, cuando decimos que alguien es gordo, tenemos una idea preconcebida de lo que significa ser delgado. (Tsé, 2016)
DATO CURIOSO: En la antigüedad, en las bibliotecas clasificaban la homosexualidad en un anaquel de enfermedades mentales, pero en el presente podría clasificarse en una temática referente a cuestiones de género y se descarta completamente la clasificación antigua, ejemplo clásico de como mutan los paradigmas que manejamos de aquello que conocemos, no es algo estático, es algo que varía constantemente, junto con el lenguaje que manejamos.
Estas diferencias entre lenguas generan formas muy diferentes de ver la realidad entre una cultura y otra. Así mismo, dentro de una misma lengua las personas luchan diariamente por expresar correctamente con sus pares las ideas que poseen para ser bien entendidos, incorporando al lenguaje formal: modismos, dialectos y expresiones como insultos o garabatos, según el contexto.
Filósofos como Michel Foucault (1968) hablaron ya de la problemática que se genera en torno al tema, (inspirado en el cuento de Borges "el jardín de los senderos que se bifurcan") analizando desde la clasificación del conocimiento como se bifurca y produce la realidad desde un pasado que ha determinado los paradigmas de nuestras concepciones e ideas:
Nada hay más vacilante, nada más empírico (cuando menos en apariencia) que la instauración de un orden de las cosas; nada exige una mirada más alerta, un lenguaje más fiel y mejor modulado; nada exige con mayor insistencia que no nos dejemos llevar por la proliferación de cualidades y de formas (Foucault, 1968, p.5)
La realidad y su fundamentación en las ideas y la percepción
Nuestras ideas no son nuestras, los conceptos que tenemos en la mente fueron prefabricados para que entendiéramos el mundo según las concepciones que los muertos trascienden. Los conceptos que utilizamos para referirnos a las cosas dentro de una lengua, si bien permiten entender nociones generales sobre los fenomenos que experiementamos sensorial y emocionalmente, son el resultado de simbolos arquetípicos consensuados socialmente sobre lo que entendemos por realidad. Estos simbolos que representan parcialidades jamás expresarán lo que cada conciencia percibe por si misma, justamente eso crea la riqueza llama “diversidad” de pensamiento. Debido a que como todos tenemos diferentes formas de acércanos a la realidad, ningún sujeto es igual al resto., no se piensa jamás igual que el resto, solo se aceptan y comparten ideas generales, ya que particularmente todos vivimos la realidad poniendo énfasis en alguno de nuestros sentidos, ya sea vista, tacto audición o incluso ponemos atención en lo que sentimos respecto a los demás mientras tratamos de transmitir un mensaje. Por ende creo que es una tarea sumamente compleja pensar que un humano puede transmitir completamente vía oral o escrita una vivencia y pretender que se puede “traspasar el recuerdo tal cual” a otra persona.
Los niños a temprana edad cuando pintan las cosas que ven, lo hacen muchas veces con colores que difieren bastante de la óptica de los adultos. En un intento de normalizar conductas, los mayores enseñan al niño que el cielo es azul, como el mar; que las aves vuelan en el cielo, como los aviones; que los diablos se parecen más a un pobre que a un rico, razonamientos que coartan la creatividad de los pequeños y la libertad de interpretar el mundo por cuenta propia. Esa hambre por definir todo lo que percibimos con palabras limita la infinidad de posibilidades que la cosa en cuestión podría ser. Se reduce a dios a una serie de conceptos limitados y humanos, pretendiendo que la inmensidad puede caber dentro de una palabra, un nombre una idea.
Bibliografía
Foucault, M. (1968). Las palabras y las cosas: Una arqueología de las ciencias humanas. Siglo XXI Editores.
Tsé, L. (2016). Tao Te King. Plutón Ediciones
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