Luis Fuentes - Felipe Henriquez
Sin memoria, el sujeto se hunde, vive únicamente en el
instante, pierde sus capacidades conceptuales y cognitivas. Su identidad se
desvanece. Borrar el nombre de una persona de su memoria es negar su existencia
misma; reencontrar el nombre de una víctima es sacarla del olvido, hacerla
renacer y reconocerla devolviéndole un rostro, una identidad. (Candau, 1998,
p.202)
Memoria
y patrimonio documental son conceptos ampliamente revisados en el mundo de las
ciencias sociales. Recientemente, en el caso de Chile, se ha comenzado a
entender la importancia que tiene la preservación de dicha información, desde
la óptica de las ciencias de la documentación; sin embargo, el desconocimiento
que se tuvo de la importancia intrínseca del patrimonio documental, hasta hace
unas pocas décadas, generó la pérdida de muchos archivos, documentos, libros y
relatos que, al no ser puestos en valor omitieron una parte importante de la
memoria colectiva del país.
El fin esencial de los archivos es
conservar y servir los documentos que son pruebas, testimonios e informaciones,
constituyen la memoria de los pueblos, apoyan la gestión de la actividad del
hombre, promueven el conocimiento de la diversidad cultural, la comprensión de los procesos históricos y la construcción de la identidad colectiva.
Adquieren un valor cultural y social de incalculables beneficios para la
investigación. Son importantes por la exclusividad de los documentos contenidos
en ellos a diferencia de otros sistemas y servicios de información. Esa
exclusividad los hace singulares. (Samudio,
2002)
La
falta de políticas públicas en Chile que regulen el manejo de archivos y
documentos patrimoniales como una ley de archivos, dificultan la conservación
de la memoria y la identidad tanto para los profesionales que trabajan con esta
información como para las instituciones públicas y privadas. Actualmente solo
el decreto con fuerza de ley 5.200 de 1.929 establece un marco mínimo
regulatorio para la archivística nacional, sumado a un manual de “Directrices
para la organización documental” elaborado el 2012 por el Archivo Nacional.
El patrimonio documental es una
construcción socio-cultural, pues está asociada a la percepción del paso del
tiempo y de la necesidad de retenerlo materialmente a través de documentos que
fijan y registran acontecimientos del pasado que necesitan ser recordados por
la significación social que disponen. Son precisamente en estas construcciones
socioculturales en las que se basan y sustenta y se construye y se reconstruye
la Memoria Colectiva y con ella la identidad cultural. Es en todo ese escenario
donde intervienen las Ciencias de la Información dándole tratamiento a mencionadas
construcciones socioculturales en forma de documentos. (Dorado
Santana & Hernández Galán, 2015)
En aquel enorme esfuerzo por el resguardo del
patrimonio del mundo, la UNESCO ha preparado una serie de directrices y definiciones
teóricas sobre el patrimonio documental y su salvaguarda, dentro de su programa
“Memoria del Mundo”, en la cual menciona, que el patrimonio documental
comprende objetos que son: “Movibles, consistentes en signos/códigos, sonidos
y/o imágenes, conservables (los soportes son elementos inertes), reproducibles
y trasladables, el fruto de un proceso de documentación deliberado.” (UNESCO,
2002, p. 6-7).
El
resguardo del patrimonio histórico cultural, tangible e intangible de una
comunidad de un pueblo o región, y la conservación de su memoria, constituyen
una cuestión de central importancia; no podemos saber quiénes somos si no
sabemos quiénes hemos sido, cómo llegamos a ser lo que somos como pueblo. En
tal sentido los archivos ocupan un lugar fundamental en la vida de una
sociedad; ellos son los encargados de resguardar y conservar la memoria de las
acciones de las instituciones estatales y de la sociedad civil. (Roggio &
Maldonado, 2012)
Gran
parte de la memoria colectiva se ha perdido y se sigue perdiendo por no contar
con un protocolo estándar para las instituciones públicas y privadas que pongan
en valor la labor de preservación documental, privilegiando en gran medida solo
la preservación de bienes muebles como pinturas, libros e instrumentos de
ciencias como de patrimonio arquitectónico (de manera superficial). Parte de
esta perdida se ha registrado en la localidad de Valparaíso en la destrucción
de diferentes colecciones invaluables de patrimonio y documentación en
atentados políticos contra la cultura y mediante desastres naturales como
incendios y terremotos que han arremetido a la zona.
En
1891 al finalizar las batallas de Concón y Placilla se producen disturbios en
Valparaíso y parte de las fuerzas armadas tomaron el liceo Valparaíso (del cual
el filántropo Eduardo de la Barra era rector), destrozando gran parte del
patrimonio documental existente en tal liceo y en el hogar de don Eduardo de la
Barra, el cual se ubicó en Colón #2128 (Castagneto,
2006, pág. 6) (frence a su liceo). A continuación se cita parte del capítulo
“Post-Scriptum” ubicado en el libro Versificación Castellana (1891) en el cual
se relata lo ocurrido en puño y letra de Eduardo de la Barra:
Con mis notas, manuscritos y borradores, fuéronse también
mis libros de consulta, prolijamente anotados; un tomo inédito de Poesías
líricas preparado para darlo
á la estampa; otro, de mis
antiguas poesías recopiladas con trabajo y corregidas, unas anotaciones de
álgebra, que formaban un texto casi completo, y algunas apuntaciones sobre
temblores.
Me aseguran que muchos de esos
papeles fueron quemados en el patio de mi casa por orden del comandante del
batallón revolucionario Iquique, quien se había allí instalado con sus
oficiales por disposición de la Intendencia.
Al mismo tiempo que los oficiales del
Iquique desbalijaban mi casa y destruían mis papeles, sin el menor miramiento
por el derecho de propiedad, que eso era un grano de anís donde asesinar era un
juego, otros de aquellos conquistadores vándalos, no sé si lanceros ó
carabineros, caían sobre el Liceo, y saqueaban el gran gabinete de Física que
fué destruido, el de Bacteriología que era un lujo, el Meteorológico, dotado de
excelentes instrumentos, el laboratorio de Química, las salas de Historia
Natural, Cosmografía y Mineralogía, la Biblioteca, el Archivo, y sobre todo el
Museo de Historia Natural y Etnografía, el cual yo había fundado, y había
llegado á ser el primer establecimiento de su clase en la costa del Pacífico.
(De la Barra, 1891, p. 281-282)
El terremoto del 16 de agosto de 1906 destruyó completamente las
dependencias del gran Liceo Valparaíso, en parte por los movimientos telúricos,
pero tambien por el incendio que provocaron los gases y reactivos químicos que
se inflamaron en el Laboratorio Químico Municipal que funcionaba en las
dependencias del Liceo Valparaíso por aquella época, quemando con ello incluso
la casa del rector. El liceo poseía 23 salas y un área de 17.816,35 metros
cuadrados, con la superficie de los tres patios de 2.027,40 m.c y de sus salas
de 1.596,57 m.c.. El edificio con las reparaciones que se habían hecho antes
del terremoto costaba al gobierno más de 300.000 pesos, su biblioteca estaba
avaluada en 8.500 pesos y todo el menaje en 62.135 pesos y todo aquello se
perdió. (Eliz, 1912, p.134). Gran parte de la destrucción del
liceo se cree que no se debió tanto al terremoto, sino a la fuerza de las
llamas que tuvieron mucho combustible en el Laboratorio Químico Municipal que
el mismo Carlos Rudolph intento innumerables veces mover fuera del Liceo
Valparaíso (según menciona Eliz).
Fueron consumidos su valioso archivo, la biblioteca, los
gabinetes de física i química i el costoso mobiliario; i además la biblioteca
de don Isidoro Errázuriz que estaba depositada en una pieza contigua a la
rectoría, para ser comprada por el Supremo Gobierno en 8.000 pesos con destino
al Liceo. El Museo i el Laboratorio se quemaron en su totalidad, i lo mismo la
casa del Rector, que contenia, fuera de su mobiliario, una valiosa biblioteca i
una colección de objetos de arte. (Eliz, 1912, p.133-134)
Muchos de estos ejemplos en la perdida del patrimonio se han
evitado en sociedades que han desarrollado el tema desde una perspectiva más comprometida, contado con una noción más clara
de como sistematizar y asegurar la preservación de dicho material. Las
autoridades no se han hecho parte en la realización de un proyecto de ley que
materialice esto debido al desconocimiento en el area y además por su interés
perpetuo en la omisión y censura de las memorias y la historia.
La memoria colectiva ha constituido un hito importante en la lucha por
el poder conducida por las fuerzas sociales. Apoderarse de la memoria y
del olvido es una de las máximas preocupaciones de las clases, los grupos, de
los individuos que han dominado y dominan las sociedades históricas. Los
olvidos, los silencios de la historia son reveladores de estos mecanismos de
manipulación de la memoria colectiva. (Le Goff, Jacques. 1991, p.134)
Si bien Valparaíso fue reconocida como patrimonio
de la humanidad en 1972 por la UNESCO esto no ha sido causa para que se le de
la relevancia necesaria en políticas ni inyecciones económicas que salvaguarden
la historia, documentos, patrimonio inmaterial y, de hecho, muchas de las
monumentales arquitecturas existentes en la ciudad son mantenidas en mal estado;
sin mencionar el estado crítico de la ciudad puerto dentro de la UNESCO, el
cual está corriendo un grave peligro por las inmobiliarias (elciudadano,
2019)
Entre las manifestaciones de relevancia en la
identidad arquitectónica porteña podemos señalar el ex Hotel Colón de calle
Esmeralda, el Edificio Ivens de plaza Aníbal Pinto, el edificio Esmeralda, el
Edificio Subercaseaux en calle Serrano (en estado de ruina producto de la
explosión e incendio del año 2007), o el edificio Ross Santa María entre las
calles Bustamante, Cochrane, Valdivia y Márquez, recientemente afectado a causa
del incendio del 16 de mayo de 2016. (El Martutino, 2019)
Las ultimas referencias que se han hecho a la materia en
términos políticos son las intenciones que ha manifestado el presidente
Sebastian Piñera en terminos de desarrollar una ley que de tratamiento a los
monumentos y al patrimonio (material e inmaterial) (Ministerio de las Culturas, las artes y el patrimonio, 2019) , sin embargo esta
ley no habla sobre archivos ni documentos. De no involucrarse las
organizaciones y profesionales calificados en el área se elaborará una ley que
solo contemple aspectos monumentales con una visión procedente de la
ilustración, la cual no contemple la mantención y resguardo de las memorias en
colectividades como juntas de vecinos, u otras organizaciones comunitarias como
ONG’s, fundaciones e instituciones de carácter privado con larga data o que
generen documentación (también las hay aquellas que resguardan las memorias de
damnificados en dictaduras u otros eventos).
Muchas de las opiniones que se tienen cuando se piensa en el resguardo
patrimonial tienen relación con materiales clásicos como edificios neoclásicos,
barrocos, romanticos, pinturas, muebles, objetos científicos y por ello se
posee poco conocimiento en el mundo político de lo que se refiere al patrimonio
intangible o documental, cuestión que debería estar dentro de una ley de
archivos que de tratamiento a los archivos orales en específico.
Se concluye que la
situación actual del patrimonio y los archivos en Chile si bien es crítica, va
poco a poco valorizándose en medio de la contingencia, pero aún no se genera el
grado de conciencia necesaria en las autoridades para desarrollar el marco
legal adecuado que de resguardo y sistematización al patrimonio material e
inmaterial. La necesidad de que exista una relacionada a los Archivos
exclusivamente, como Archivología es necesaria fuera de que ya se cuenten con
pequeños diplomados. Es necesario darle la seriedad que se merece al tema e
involucrar interdisciplinarmente a historiadores, bibliotecólogos,
restauradores, arquitectos y todos aquellos que trabajen con lo monumental y
fuentes primarias de información relevantes para las comunidades, con el objeto
de preservar su memoria y difundir su quehacer en el tiempo.
ANEXOS
DECRETOS CON FUERZA DE LEY:
Decreto con Fuerza de Ley N° 7.217
Ministerio
de Instrucción Pública.
25 de
noviembre de 1927, establece la creación del Archivo Nacional.
Decreto con Fuerza de Ley Nº 5.200 de 1929
Ministerio
de Educación Pública.
Crea
la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos. Artículos 13 a 18 definen la
creación y competencias del Archivo Nacional.
Decreto con Fuerza de Ley Nº 4 de 1991
Ministerio
de Justicia.
Dicta
normas sobre el registro, los requisitos del método de microcopia y
micrograbado de documentos y las otras materias referidas en el artículo 9 de
la ley Nº 18.845.
LEYES:
Ley 21.045
Crea
el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Ley N°8.160 de 1945
Ministerio
de Tierras y Colonización.
Regula
el ingreso de documentos al Archivo Nacional, provenientes del Ministerio de
Tierras y Colonización actualmente Ministerio de Bienes Nacionales.
Ley N°16.665 de 1967
Ministerio
de Justicia.
Establece
Reconstitución de inscripciones de registro de conservadores de Bienes raíces.
Deroga Ley N° 15.567
Ley Nº 18.845 de 1989
Ministerio
de Justicia.
Establece
sistema de microcopia o micrograbación de documentos.
(Ley
relacionada con Decreto con Fuerza de Ley Nº 4 de 1991 Ministerio de Justicia).
Dicta
normas sobre el registro, los requisitos del método de microcopia y
micrograbado de documentos y las otras materias referidas en el artículo 9 de
la ley Nº 18.845.
Ley Nº 18.771 de 1989
Ministerio
de Defensa Nacional.
Modifica
DFL 5.200 Crea la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos.
Artículos
13 al 18 definen la creación y competencias del Archivo Nacional.
Ley Nº 19.253 de 1993
Ministerio
de Planificación y Cooperación.
Artículo
30 y disposiciones transitorias.
Crea,
dependiente del Archivo Nacional de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y
Museos, el Archivo General de Asuntos Indígenas, con sede en la ciudad de
Temuco.
Ley Nº 19.628 de 2002
Ministerio
Secretaria General de la Presidencia.
Sobre
la protección de datos, de carácter personal.
Ley Nº 19.799 de 2002
Ministerio
de Economía, Fomento y Reconstrucción.
Sobre
documentos electrónicos, firma electrónica y servicios de certificación de
dicha firma.
Ley Nº 19.880 de 2003
Ministerio
Secretaría General de la República.
Establece
bases de los procedimientos administrativos, que rigen los actos de los órganos
de la administración del estado.
Ley Nº 20.285 de 2008
Ministerio
Secretaria General de la Presidencia.
Ley de
transparencia de la función pública y de acceso a la información de la
Administración del Estado.
DECRETOS:
Decreto Nº 6.234 de 1929
Ministerio
de Educación Pública.
Reglamento
para la Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Museos.
Decreto Supremo Nº 291 de 1974
Ministerio
del Interior.
Fija
normas para elaboración de documentos.
Decreto Nº 721 de 1980
Ministerio
de Educación.
Crea
comisión de selección, para los efectos de descarte de documentos oficiales.
Decreto Nº 1.193 de 1994
Ministerio
del Interior.
Agrega
disposición que señala a decreto 291, de 1974 que fija normas para elaboración
de documentos oficiales.
Decreto Nº 181 de 2002
Ministerio
de Economía
Aprueba
reglamento de la ley 19.799 sobre documentos electrónicos, firma electrónica y
la certificación de dicha firma.
Decreto Supremo Nº 77 de 2004
Ministerio
Secretaria General de la Presidencia.
Aprueba
norma técnica sobre eficiencia de las comunicaciones electrónicas entre órganos
de la administración del estado y entre estos y los ciudadanos.
Decreto Nº 81 de 2004
Ministerio
Secretaria General de la Presidencia.
Aprueba
norma técnica para los órganos de la administración del estado sobre
interoperabilidad de documentos electrónicos.
Decreto Nº 83 de 2005
Ministerio
Secretaria General de la Presidencia.
Aprueba
norma técnica, para los órganos de la administración del estado sobre seguridad
y confidencialidad de los documentos electrónicos.
Decreto N° 719 de 2006
Ministerio
de Educación
Declara
Monumento Histórico a los documentos conservados en el Archivo Nacional y
contenidos en el Archivo Nacional Histórico, Archivo Nacional de la
Administración y Archivo de la Araucanía.
CIRCULARES:
Circular Nº 28.704 de 1981
Controlaría
General de la República.
Circular
sobre disposiciones y recomendaciones referentes a eliminación de documentos.
Circular N°51 de 2009
Dirección
de Bibliotecas, Archivos y Museos
Circular
sobre disposiciones y recomendaciones referentes a conservación, transferencia
y eliminación de documentos.
Bibliografía
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de 2019). Recuperado de https://www.archivonacional.gob.cl/616/w3-propertyvalue-47704.html?_noredirect=1
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2006). ¿Quien fue Eduardo de la Barra? Rector, escritor y animador cultural. La
Estrella, Valparaíso, pág. 6.
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castellana: Contribución a la academia de Santiago. Santiago: Imprenta
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la información. Library, Information Science & Technology, 33.
El Martutino. (05 de Junio de 2019). Obtenido de
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https://www.elciudadano.com/organizacion-social/valparaiso-patrimonio-de-la-humanidad-en-peligro/10/24/
Ministerio de las Culturas, las artes y el
patrimonio. (05 de Junio de 2019).
Obtenido de https://www.cultura.gob.cl/institucional/presidente-pinera-firma-proyecto-de-ley-que-promueve-el-reconocimiento-y-cuidado-del-patrimonio-cultural-de-chile/
Roggio, P., & Maldonado, C. (2012). La
importancia de los archivos municipales para el resguardo de la memoria
comunitaria. El caso del archivo histórico municipal de colonia Caroya. Anuario
Escuela de Archivología, 5.
Samudio, P. (2002). El archivo y la identidad
nacional. Congreso centroamericano de hisotoria. Universidad de Panamá.
UNESCO, D. d. (2002). Memoria del mundo.
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